martes, 21 de junio de 2011

Como la mantequilla y la mermelada.


Radiante, siempre la mantequilla, amarilla brillante, como si me transmitiera una energía exuberante.
La mermelada, esa primera letra inconfundible de su nombre, una feminidad pura, afeminada con el uso rojizo de su color, algo húmedo que permite conexión entre los dos.

Sin mantequilla es sólo mermelada, sin mermelada es sólo mermelada. 
La mantequilla siempre en su búsqueda de amor, su media naranja hecha mermelada, unidos el uno al otro es el camino que vamos formando como si fuéramos cada uno de los dos.
Nos vamos por todos lados, probando y formulando una  diferente combinación, pero nunca tan perfecta como mantequilla con la mermelada.

Como un pan con mermelada en el lonche, como un pan con mantequilla por la noche, pero al fin en la mañana los une un por siempre mixto, más conocido como pan con mantequilla  y la mermelada, como esta combinación no hay otra mejor.
Como la mantequilla  y la mermelada somos tú y yo
.

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